El Pleno ratifica por unanimidad el Decálogo del Municipalismo del Siglo XXI

El Pleno de Torrelavega ha aprobado por unanimidad una moción suscrita por los cuatro grupos municipales, en la que se ratifica el Decálogo del Municipalismo del siglo XXI, conocida como Carta de Vitoria, a través del cual generar nuevos impulsos de bienestar ciudadano.


La Carta de Vitoria fue aprobado por Comisión Ejecutiva y el Consejo Federal de la Federación Española de Municipios y Provincias, en la cual se reclaman garantías de solvencia económica y financiera, delimitar el listado de competencias dentro de la reforma de los Estatutos de Autonomía y la consolidación de la representación política e institucional de los ayuntamientos.


La decisión plenaria incluye remitir el acuerdo a los presidentes de la Nación, de la Comunidad Autónoma de Cantabria y de la Federación de Municipios y Provincias.


La moción, consensuada por los portavoces de los grupos PSOE, PRC, PP e IU, fue presentada por la alcaldesa de Torrelavega y presidenta de la Federación de Municipios de Cantabria, Blanca Rosa Gómez Morante, asegurando que el municipalismo se ha convertido «en un activo y potente palanca de futuro».


Ha asegurado que la Carta de Vitoria es una declaración de los poderes locales que marca el horizonte de los próximos años para garantizar la potenciación de los municipios, máxime cuando los ayuntamientos han asumido durante los últimos años competencias impropias que han ido generando una importante deuda en las haciendas locales.


Así, se reclama garantizar la representación de los poderes locales en el Senado, redactando un Estatuto del Gobierno Local que permita gestionar los asuntos propios de los municipios con la adecuada financiación, y compensar a los ayuntamientos por la deuda histórica acumulada por la asunción de competencias impropias.


También se demanda un refuerzo de los mecanismos de relaciones intergubernamentales, un nuevo régimen de organización para los Gobiernos Locales, un Estatuto para los cargos electos locales, modernizar la función pública local y el reconocimiento de que los poderes locales son órganos de gestión e instituciones públicas.


Además, se reclama la institucionalización de la FEMP, con la integración de su presidente como miembro nato en la Conferencia de Presidentes.