El Sindicato Unitario de Cantabria (SUC) considera que la central térmica que se pretende construir en las cercanías de la ciudad empeorará «irremediablemente» la calidad ambiental en la comarca de Torrelavega, además de no ser imprescindible para asegurar el futuro de la empresa en cuyos terrenos se construirá.
Para el portavoz del SUC, José María Grúber, la central «no es la solución» a los problemas de la empresa, ya que ésta empresa necesita «una fuerte inversión» para modernizar sus procesos productivos y sus diferentes fábricas, algo que ha sido reconocido incluso por la propia dirección.
Grúber considera que en estos momento «no está justificado» el aumento de producción de energía eléctrica que tendrá lugar con la planta térmica, dado que Cantabria no es deficitaria, y por tanto lo que se pretende es exportar hacia otras comunidades, lo que conllevará el problema de los tendidos de alta tensión cruzando sobre zonas habitadas.
Para el sindicalista, los verdaderos beneficiarios de la construcción de la térmica son «los inversionistas» que han elegido Torrelavega para implantar la central «porque reúne condiciones inmejorables para aumentar el negocio».
Además, considera que la empresa promotora sólo obtendrá por la construcción de la planta un ingreso de 12 millones de euros cuando la térmica esté funcionando y un canon de 9 millones al año, a partir de 2008.