La alcaldesa, Blanca Rosa Gómez Morante, ha entregado al joven Julián Sanz Hoya el premio correspondiente por ganar la decimotercera edición del certamen de Historia Ciudad de Torrelavega Manuel Teira, con un trabajo titulado El primer franquismo en Cantabria. Instituciones, personal político y apoyos sociales (1937-1951), que profundiza en los aspectos aún desconocidos de esta etapa histórica.
El trabajo está estructurado en tres capítulos, que analizan los orígenes del franquismo, abarcando la Segunda República, la Guerra Civil y la represión; las instituciones de carácter provincial (Gobierno Civil, Diputación Provincial y el partido único FET-JONS); y los ayuntamientos y el personal político municipal, con especial atención a los casos de Santander y Torrelavega.
Precisamente, ha sido en la capital del Besaya donde Sanz Hoya ha dado a conocer el contenido de su trabajo, durante el acto en que le ha sido entregado el diploma de ganador del Premio de Historia Ciudad de Torrelavega 2004, dotado con 3.000 euros y la edición del trabajo.
Julián Sanz inició sus investigaciones en el año 97, como parte de su tesis doctoral, y las concluyó en 2002, después de bucear en archivos nacionales y regionales, hemerotecas, distintas bibliografías y fuentes orales.
Las conclusiones del trabajo muestran que el modelo de funcionamiento político del primer franquismo en Cantabria presenta algunos rasgos diferenciales respecto a otras regiones españolas, como «la existencia de una considerable base de apoyo a social a la dictadura, especialmente en las zonas rurales».
Este apoyo, explica el autor, surgió de las propias condiciones sociales del campo montañés, y se trata de un respaldo «bastante interclasista», ya que abarca desde las élites hasta los sectores más humildes, algo que no se dio en la misma medida en las ciudades, donde la clase obrera rechazaba mayoritariamente el franquismo.
Otra de las diferencias en Cantabria es el reparto del poder político, que se caracterizó por un importante relevo de cuadros políticos, durante los primeros años 40, que supuso el acceso a los ayuntamientos de una generación de jóvenes falangistas de clase media o los sectores populares, y que originó algunas tensiones.